Muy probablemente si le menciono el nombre de “Garganta profunda”, le suene a película, pero realmente este es el origen de los programas de Compliance Anticorrupción y el inicio de los canales de denuncia.
En 1972 cuando Richard Nixon era presidente de los Estados Unidos, el caso Watergate, sin saberlo sería el inicio de una oleada anticorrupción que perdurará hasta nuestros días. Un caso de espionaje en los niveles más altos de la política norteamericana, cuando cinco hombres allanaron la sede del partido Demócrata en el edifico Watergate, generando la única dimisión de un presidente de ese país hasta la fecha. Toda la información fue filtrada a la prensa por un sujeto cuyo alias era “Garganta Profunda”, años después se supo que se trataba de William Mark, ex director adjunto del FBI.
A partir de este suceso comienzan a “destaparse” un sin número de hechos de corrupción que involucraban a funcionarios norteamericanos que pagaban sobornos a gobiernos de países en vías de desarrollo para obtener contratos.
Como respuesta a este hecho nace, por primera vez en la historia, una normativa que castigará los delitos de soborno de funcionarios públicos en el extranjero, conocida como la FCPA expedida en 1977. Por medio de ésta Estados Unidos puede castigar hechos de corrupción que se lleven a cabo fuera de sus fronteras y buscaría recuperar la confianza en el desarrollo de los negocios con su país.
Posteriormente la mayoría de naciones se apegarían marco COSO y suscribirían la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción, lo que puso en línea a un número importante de países en la lucha contra este flagelo. Igualmente, la creación de la OCDE con una comisión dedicada exclusivamente a la lucha contra la corrupción marcaría los parámetros para desarrollar sociedades más éticas.
LOGRAR UN CAMBIO CULTURAL
Otro caso histórico, y que nos tocó muy de cerca, fue el protagonizado por un ex presidente costarricense acusado de soborno trasnacional, y que debido a la relevancia de su puesto como ex mandatario y, en ese momento, Secretario General de la OEA, se rompían todos los paradigmas llevando al estrado a alguien con semejante rango. Inicia así una nueva era de lucha contra la corrupción. Los conocido delitos de cuello blanco (White collar crimes) ahogaban la credibilidad internacional de los sistemas de justicia y necesitábamos contar con un proceso ejemplarizante y con un mensaje contundente al crimen organizado.
La lucha contra la corrupción, aunque a veces no nos lo parezca, ha sido extensa. Cada vez son más los organismos y las naciones que se unen para erradicar este problema social, es por esto que los programas de compliance retoman vital importancia. Cuando logramos hacer el cambio cultural desde nuestra esfera más cercana vencemos una batalla al crimen organizado.
MSc. Paola Alvarenga Barragán
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